Muchos,
por desgracia la mayoría, de los enfermos de cáncer y de otras enfermedades
sufren dolor de distinta intensidad porque no se les suministran los
analgésicos que precisan, tanto cualitativa como cuantitativamente. Ello se
debe, en gran medida, a que tanto los sanitarios como la población general
tienen una serie de prejuicios acerca de los analgésicos opioides, de forma que
no se utilizan o se utilizan de forma inadecuada e insuficiente.
A continuación se enumeran
algunos de los más frecuentes:
·
Se hará un
drogadicto.
·
El paciente
usará la morfina para suicidarse.
·
Si tiene la
morfina en casa, se la robarán.
·
Si a un
paciente de cáncer le han prescrito morfina, quiere decir que se está muriendo.
·
Es una especie
de muerto que vive.
·
La morfina
provoca euforia.
·
La tolerancia
se desarrolla rápidamente y al final ya no será efectiva.
·
La morfina
provoca depresión respiratoria.
Para
más información consultar el Manual “Control de Síntomas, Cuidados Paliativos”,
cuyos autores son Marco Gómez Sancho y Manuel Ojeda Martín.(páginas 37-47)
Si lo prefieren también pueden ver un vídeo explicativo acerca de los mitos de la morfina, bajo éste título en you-tube.
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